Hay tradiciones que se van perdiendo en el tiempo, pero muy pocas son las que se resisten a morir con tanta obstinación como la festividad del carnaval. Hay muchas versiones acerca de la etimología de esta celebración, una de las más conocidas es dada por la Iglesia Católica que refiere su procedencia del latín vulgar carne-levare, que significa 'abandonar la carne'.

De cualquier modo no quiero escribir sobre la etimología de esta palabra, al menos en esta oportunidad, porque hay muchas versiones. Lo que me interesa ahora es redactar sobre la alegría que está impregnada en cada una de sus manifestaciones.

Todo el mundo conoce los enormes desfiles de carnaval en lugares como en Rio de Janeiro, por algo es el más conocido en el mundo, aunque cada lugar cerca a nuestros hogares tiene una peculiar forma de hacerse presente en este mes de febrero. Supongo que por ser uno de los meses más calurosos del año, al menos en el hemisferio sur la celebración de esta festividad siempre está asociada al agua, necesaria para bajar la temperatura.

Así las actividades que se suelen realizar en Perú, por lo general siempre están acompañadas por el elemento líquido, aunque el uso de ciertas expresiones con éste puede degenerarse por excesos, como ya sucedió en el pasado, durante el mandato del presidente Manuel Prado; quién prohibió cualquier juego de carnaval por la brusquedad con la que se participaba.

También se podría mencionar a los pasacalles llenos de disfraces y concursos de bellezas que hasta hace algún tiempo atrás se podían observar durante esta temporada en algunos distritos limeños como Barranco, pero lamentablemente parece que estas actividades ya son cosas del pasado.

Por este lado del mundo también es común encontrar los fines de semana, especialmente en provincias, unos árboles plantados llamados yunzas o cortamonte, adornados de objetos multicolores y en el que las personas bailan alrededor con hacha en mano para tumbarlos. Es difícil encontrar una raíz exacta que nos diga su origen de tal manifestación, lo único que se puede saber con seguridad es que se celebra en todos los departamentos del Perú.



Carnavales de barrio
En Lima todavía se puede encontrar algunas manifestaciones de carnaval durante los domingos, día de la semana en el que las personas suelen mojar a sus amigos o a los transeúntes deambulen por sus hogares. A pesar de que estas situaciones se encuentran cada vez menos debido a las prohibiciones de las autoridades.

Yo aún recuerdo todo un espectáculo para cualquiera, al poder ver como desde lo alto de sus casas lanzaban incontables globos llenos de agua, además de enormes chorros de agua dirigidos a todos los transeúntes y autos que cruzaban un puente al sur del de Lima Metropolitana. Entonces era una especia de lluvia multicolor en pleno verano.

Aunque todo parece muy divertido no lo es como parece porque algunos globos podían quebrar ventanas de los vehículos y causar daño. Claro también está el juego sucio de pintar con talco, ocre, betún o hasta pintura especialmente a las damas. Supongo que todo es parte de la fiesta que puede significar el carnaval pero es necesaria cierta mesura en algunos casos, pues no se puede agredir a persona alguna pintándola o mojándola contra su voluntad. Respetando esto, creo que sólo se debe disfrutar porque el carnaval está lleno de alegría.